Capitulo tres: Fiebre de Sábado a la noche
Todavía no caigo, que abandonaste un sábado a la noche de alcohol, joda y hombres, solo para hacerme compañía en mi soledad.
No sos una alcohólica, ni estabas cerca de ser rápida. Pero se lo mucho
que esperas durante la semana, esa fiebre de sábado por la noche, esa
fiesta sin limite con amigos.
Sin embargo, después de semejante mal momento causado por mi novia, o
ex, decidiste hacerme compañía. Hasta tuviste el tupe, de preguntarme si
podías o no, y si quería ver una película mientras nos llenábamos de
helado el estomago.
Bajaste al videoclub solita, al primer piso
mientras yo encargaba el helado. Alquilaste “Mas allá del cielo”, con
ese actor que tanto te gusta y para equilibrar, “El ultimo exorcismo”.
La de terror fue definitivamente la que mas me gusto, no por la
película, sino porque en cada escena que se te ponía la piel de gallina,
escondiste tu rostro en mi cuello.
El helado te lo comiste
casi todo vos, y no te culpo, me encanta ver tu carita de nena cuando el
granizado, o dulce de leche con almendras llega a tu boca.
No caí en la cuenta, el momento que nos quedamos dormidos en ese sillón. Era costumbre, pero cada día me gusta más.
Me levante despacito para no despertarte, y me dedique a hacerte el desayuno.
Sabia que como todo domingo, nos tocaba el dichoso asado con nuestras
familias. Y para completar, la mayoría de estos almuerzos, eran
compartidos con las dos familias, en mi casa de la infancia, o en la
tuya.
Junto con el café caliente, y esas magdalenas que siempre
compro para vos, te acaricie la cara para intentar traerte a la
realidad.
Arrugaste tu nariz, y achinaste tus ojos, señal de que comenzabas a estirarte.
Me viste arrodillado al lado tuyo con esa bandeja y sonreíste.
Que hermosa tu sonrisa.
Te espere sentado en mi sillón de tres cuerpos, mientras te
higienizabas. En Fox estaban dando mi programa favorito: Bones, que
también era el tuyo.
Nos encantaba ver a esa pareja tan dispareja, resolver los interesantes crimenes en el Jeffersonian.
Desayunamos, y cuando el reloj marcaba las 9:00, te acerque a tu casa
para que te dieras una ducha rápida y te vistieras para ese domingo en
familia.
Cuando te encontrabas en la ducha, te escuche cantar.
Todo tenes que hacer bien vos?. Pregunte a mi mama, donde nos juntábamos
esta vez, y me contesto: en casa.
Llegamos a Holmes Chapel a
las 1 y pico. Todos los adultos nos saludaban y los chiquitos se te
colgaban, ibas a ser una increíble mama.
-Mama, falta mucho para el asado?
-Si hijo, acaban de poner la carne, así que imagínate.
-Anne, no queres que te ayude con las ensaladas?
-No ______, esta bien no te hagas drama linda. Porque no van a dar una
vuelta por el pueblo? Dejen que los viejos nos arreglamos.
-Seguro mama?
-Si hijo, vayan tranquilos.
-Vamos _____?
-Si dale, hace mucho que no vamos al puerto
-Chau vieja, en un rato volvemos
-No me digas vieja, Harry Edward!
Cruzamos la entrada riéndonos, por esa pelea común entre mi mama y yo.
Recorrimos el dichoso pueblo de Holmes Chapel. Vi tu cara, y supe que
si lograba casarte conmigo algún día, íbamos a comprar una enorme casa
ahí, con pileta, muchos nenas y nenas correteando y un perrito que los
acompañara.
Llegamos al dichoso puerto, y te bajaste corriendo.
A diferencia de mi, que me dedique a observarte con una sonrisa.
Jugabas como una nena y mojaste tus pies en el agua. En un momento me
miraste, invitándome a acompañarte. Te sonreí y senté al lado tuyo.
-Todavía no entiendo
-Que no entendes, _____?
-Porque haces tanto por mí
-Porque te lo mereces
-Pero si yo no hice nada
-Si lo haces, solo que no te das cuenta
-De que no me doy cuenta?
-Cuando mas te necesito siempre estas, cuando nadie me entiende vos no
se como solo con mirarme te das cuenta. Con todo lo que haces ________,
me haces algún bien.
-Perdiste a tu novia por mi culpa
-Sinceramente, no me importa
-No la querías?
-No, bah no se.
-Como se puede no saber si queres a una persona?
-Se que en algún momento me gusto, pero no, no la amo y hace tiempo que la tenia atravesada.
-Y porque no cortaste antes con ella?
-No se, supongo que porque siempre es bueno tener a alguien.
Miro para el costado y supe que había hablado de más.
-Miamor, no quería que-
-Esta bien Styles, tenes razón.
-No siempre tenes que tener a alguien en ese sentido.
-Ya se, pero talvez estoy ya un poco harta de ser así.
-Pero esa sos vos, como vas a estar harta?
-Es que no quiero ser siempre la que termina las relaciones, porque no
se pudo enamorar. No quiero cumplir 18 años y nunca haber sentido amor
por un hombre. Mi primer beso, fue solo para saber que se sentía. Mi
primera vez, solo por pura calentura. Que me falta, casarme para usar un
vestido blanco?
-No, bonita. Además el vestido blanco es para las puras, y me parece que vos no sos más virgen, hace mucho tiempo jajajaja
-Harry! No estoy chistando, es en serio.
-Bueno ey! Solo pienso que vos como estas, estas perfecta.
-No estoy perfecta.
-Si sos perfecta.
-Gracias, igual necesito un novio, pero algo serio.
-No!
-Porque?
-Porque tendría que compartirte y no quiero, porque sos mía.
-Jajaja Sos un tarado y un celoso
Estaba por pegarme en el pecho, pero yo fui más rápido y agarre su
mano. Al mismo tiempo, inconscientemente la acerque más a mí, quedando
solo a milímetros de su cara.
Nuestras bocas estaban enfrentadas, pude sentir su aliento de frutilla en mis labios y me derretí.
Mire sus ojos para poder descifrar lo que decían, pero solo encontré duda y me arriesgue a resolverla.
Me acerque con cuidado sobre sus labios, y roce su nariz. Ahí me di
cuenta que nuestros labios encajaban a la perfección y cuando estaba a
punto de probarlos-
- Can we fall, one more time? Stop the tape
and rewind. And if you walk away I know I’ll fade, cause there is
nobody else. It’s gotta be you, only you.
Reímos los dos con
ese ringtone tan inconveniente. Era su celular, ella me miro y me
sonrió. Por mí dentro pronunciaba tantas barbaridades que a mi madre le
habría dado un infarto.
-Es Eleonor, se puso este tono solo para ella.
-No hay drama ______, atendé.
-Hermanita, que paso
Se alejo para hablar tranquila con su hermanita la flaquita.
En mi interior se debatía una discusión interna, ella habría querido que la bese o tal vez solo dejo que lo hiciera.
Pensaba que debía haber sido sentir sus labios sobre los míos, si mi
querida amiga no hubiese llamado. Sin duda, hubiera tocado el cielo con
las manos.
A los cinco minutos volvió y yo seguía en el mismo lugar, misma posición.
-Hazza, dijo mama y tu mama que vayamos volviendo que ya va a estar el almuerzo.
-Dale, vamos enanita.
Me golpeo despacito por burlarme de su altura, y yo me golpee en mi
cabeza varias veces, por no agarrarla del brazo y besarla de una.
Realmente la vida, a veces es muy injusta eh!
No hay comentarios:
Publicar un comentario